miércoles, 17 de noviembre de 2010

MEDIO TERRESTRE

A)    FLORA


En cuanto a la flora, estos archipiélagos están enclavados dentro del Sector Galaico-Portugués, de la Provincia Atlántica-Europea, perteneciente a la Superprovincia Atlántica de la Región Eurosiberiana.
El paisaje vegetal actual viene determinado por la confluencia de factores ambientales y los derivados de la ocupación humana de las islas, de modo que cada una de estas nos ofrece un panorama diferente, desde la vegetación de los abruptos acantilados de Cíes hasta los bosquetes de laurel de Cortegada. En general la vegetación presenta un significativo porcentaje de elementos mediterráneos, lo que se debe a que el mar atempera el clima y permite la presencia de plantas termófilas, poco resistentes al frío, y a la escasez de lluvias debida a la poca altura de las islas. En general, en el conjunto de las islas hay presencia de numerosas especies de interés por ser de área más o menos reducida o por el hecho de ser en su mayor parte plantas propias de los ambientes más característicos de las islas: el matorral atlántico y submediterráneo, los acantilados y las playas y dunas, además de algún caso de marisma-laguna.
En los acantilados, ampliamente representados en las islas, la influencia del mar, la salinidad, el viento, la escasez de los suelos y las colonias de aves marinas hacen que sea un medio adverso en el que tan solo la vegetación especializada es capaz de instalarse. Aquí la vegetación adopta una forma almohadillada que ofrece menos resistencia al viento que sopla con fuerza en estas zonas, y se organiza en franjas según la resistencia a la influencia del mar. Crecen -entre otras especies- el hinojo marino (Crithmum maritimum), la Calendula suffruticosa subs. algarbiensis, la armeria (Armeria pubigera) y la angélica (Angelica pachicarpa). Las ramas de esta última especie, endémica de la costa noroccidental de la Península Ibérica, son utilizadas por los cormoranes en la construcción de sus nidos.
En playas y dunas, al igual que en los acantilados, se dan unas condiciones de extrema dureza para el desarrollo de comunidades vegetales, debido a la alta insolación, sequedad y salinidad, la escasez de nutrientes del suelo, el viento y el movimiento de la arena. Se distinguen varias franjas conforme nos alejamos del mar y en ellas podemos encontrar otra especie de armeria, la Armeria pungens, que presenta en las Islas Cíes la única población de Galicia. Otras plantas propias de suelos arenosos y que ayudan a fijarlos son el barrón (Ammophila arenaria), la grama marítima (Elymus farctus), el carraspique (Iberis procumbens), la correhuela rosa (Calystegia soldanella), el tomillo bravo (Helichrysum italicum subsp. serotinum) - endémico del litoral occidental ibérico- y la camariña (Corema album subsp. album).
Este último y escaso arbusto se ha convertido en uno de los símbolos del Parque, ya que en las dunas de las Cíes se encuentra una de las principales poblaciones que quedan en Galicia. También presenta una gran importancia la población de Linaria arenaria de Sálvora y Ons, ya que su distribución está restringida a estas dos islas, la isla de Arousa, y a escasos puntos del litoral francés, de modo que está considerada por la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza con la categoría de En Peligro Crítico de extinción
La mayor parte de la superficie terrestre del Parque Nacional está cubierta por formaciones arbustivas donde predomina el matorral de tojo (Ulex europaeus subsp. latebracteatus), acompañado de jaguarzo negro (Cistus salvifolius), retama loca (Osyryis alba), esparraguera (Asparagus sp.), endrino (Prunus spinosa), brezos (Erica spp.) y helechales de Pteridium aquilinum.
Una de las plantas más emblemáticas de estas islas es Cytisus insularis S. Ortiz & Pulgar in Bot. J. Linn. Soc. 136(2): 00 (2001), una retama o "xesta" recientemente descubierta pues se venía confundiendo con Cytisus striatus (Hill) Rothm., una "xesta" mas común en Galicia. Es una planta leñosa que puede alcanzar los 2 metros de altura que por el momento se conoce únicamente en los archipiélagos de Ons y de Sálvora, fundamentalmente en zona de acantilados acompañando al tojo. Esta área de distribución tan restringida explica es una de las plantas de mayor interés entre la flora rara y amenazada de Galicia, y que sea considerada una especie distintiva del Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia, además de estar catalogada por la UICN como En Peligro de extinción.
Sólo en las zonas de abrigo en la cara este de las islas es posible el desarrollo de vegetación arbolada. En Cíes, Ons y Sálvora el desarrollo de vegetación arbolada se ve frenada por las condiciones ambientales, y se da sólo en las zonas al abrigo en la cara este. En la actualidad, se reduce a pequeñas masas de roble melojo (Quercus pyrenaica), sauce (Salix atrocinerea), saúco (Sambucus nigra) o laurel (Laurus nobilis).
La situación de Cortegada es bien distinta: arbolada casi en su totalidad, según varios autores la vegetación boscosa autóctona procede de los setos que rodeaban los campos de cultivo y que colonizaron espontáneamente al ser abandonados a principios del S.XX. Crecen robles carballos (Quercus robur), laurel (Laurus nobilis), espino albar (Crataegus monogyna), sauces (Salix atrocinerea), algunos robles melojos (Quercus pyrenaica), alisos (Alnus glutinosa), castaños (Castanea sativa),... Las zonas de laureles son formaciones de gran importancia debido a su escasez; de hecho actualmente la laureda de Cortegada es la de mayor extensión de la Península Ibérica.
 El hombre ha alterado profundamente la vegetación original mediante la agricultura, ganadería, quemas o la plantación de especies exóticas como el eucalipto (Eucaliptus globulus), la acacia (Acacia melanoxylon), o los pinos rodeno e insigne (Pinus pinaster y Pinus radiata). La introducción de especies exóticas puede ser causa de pérdida de biodiversidad, ya que en ocasiones son plantas invasoras que provocan la extinción de las especies autóctonas. Éste es el caso de Arctotheca calendula, Acacia melanoxylon, Carpobrotus spp., Eucaliptus globulus, etc. La vegetación original propia de las Islas Atlánticas se encuentra mejor conservada en las laderas de los acantilados, en las playas y en las dunas.



B)     FAUNA


Aunque gran parte de la fauna total del Parque habita en los fondos marinos, también la fauna terrestre constituye un importante patrimonio natural, debido al aislamiento del continente, las condiciones microclimáticas de cada archipiélago y la riqueza en recursos marinos de sus aguas.

Los invertebrados están pendientes de futuros trabajos de investigación y catalogación, y los escasos estudios se refieren casi exclusivamente al archipiélago de Cíes. Aún a pesar de esta escasez de datos se conocen algunos endemismos de la zona encontrados también en las Islas, en los grupos de los coleópteros (escarabajos), ortópteros (saltamontes, grillos, etc.), blatópteros (cucarachas) y dermápteros (tijeretas). En cuanto a las mariposas o lepidópteros destacan la mariposa arlequín (Zerynthia rumina) y la mariposa macaón (Papilio machaon).
En cuanto a la fauna vertebrada terrestre del Parque:
· Anfibios: la escasez de cursos de agua permanentes hace que la presencia de anfibios esté limitada a 3 especies.
· Reptiles: el clima seco y suave de las islas favorece a estos animales, de los que se pueden encontrar 9 especies en el Parque.
· Aves: la mayor parte de los vertebrados del Parque pertenecen a este grupo. Hay al menos 60 especies nidificantes, y 14 aves marinas no nidificantes pero observadas con frecuencia.
· Mamíferos: en estas islas encontramos una menor diversidad de mamíferos con respecto a las costas continentales próximas. Se pueden encontrar 14 especies, sin incluir otras puramente domésticas como ovejas o asnos.
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