miércoles, 17 de noviembre de 2010

MEDIO TERRESTRE

A)    FLORA


En cuanto a la flora, estos archipiélagos están enclavados dentro del Sector Galaico-Portugués, de la Provincia Atlántica-Europea, perteneciente a la Superprovincia Atlántica de la Región Eurosiberiana.
El paisaje vegetal actual viene determinado por la confluencia de factores ambientales y los derivados de la ocupación humana de las islas, de modo que cada una de estas nos ofrece un panorama diferente, desde la vegetación de los abruptos acantilados de Cíes hasta los bosquetes de laurel de Cortegada. En general la vegetación presenta un significativo porcentaje de elementos mediterráneos, lo que se debe a que el mar atempera el clima y permite la presencia de plantas termófilas, poco resistentes al frío, y a la escasez de lluvias debida a la poca altura de las islas. En general, en el conjunto de las islas hay presencia de numerosas especies de interés por ser de área más o menos reducida o por el hecho de ser en su mayor parte plantas propias de los ambientes más característicos de las islas: el matorral atlántico y submediterráneo, los acantilados y las playas y dunas, además de algún caso de marisma-laguna.
En los acantilados, ampliamente representados en las islas, la influencia del mar, la salinidad, el viento, la escasez de los suelos y las colonias de aves marinas hacen que sea un medio adverso en el que tan solo la vegetación especializada es capaz de instalarse. Aquí la vegetación adopta una forma almohadillada que ofrece menos resistencia al viento que sopla con fuerza en estas zonas, y se organiza en franjas según la resistencia a la influencia del mar. Crecen -entre otras especies- el hinojo marino (Crithmum maritimum), la Calendula suffruticosa subs. algarbiensis, la armeria (Armeria pubigera) y la angélica (Angelica pachicarpa). Las ramas de esta última especie, endémica de la costa noroccidental de la Península Ibérica, son utilizadas por los cormoranes en la construcción de sus nidos.
En playas y dunas, al igual que en los acantilados, se dan unas condiciones de extrema dureza para el desarrollo de comunidades vegetales, debido a la alta insolación, sequedad y salinidad, la escasez de nutrientes del suelo, el viento y el movimiento de la arena. Se distinguen varias franjas conforme nos alejamos del mar y en ellas podemos encontrar otra especie de armeria, la Armeria pungens, que presenta en las Islas Cíes la única población de Galicia. Otras plantas propias de suelos arenosos y que ayudan a fijarlos son el barrón (Ammophila arenaria), la grama marítima (Elymus farctus), el carraspique (Iberis procumbens), la correhuela rosa (Calystegia soldanella), el tomillo bravo (Helichrysum italicum subsp. serotinum) - endémico del litoral occidental ibérico- y la camariña (Corema album subsp. album).
Este último y escaso arbusto se ha convertido en uno de los símbolos del Parque, ya que en las dunas de las Cíes se encuentra una de las principales poblaciones que quedan en Galicia. También presenta una gran importancia la población de Linaria arenaria de Sálvora y Ons, ya que su distribución está restringida a estas dos islas, la isla de Arousa, y a escasos puntos del litoral francés, de modo que está considerada por la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza con la categoría de En Peligro Crítico de extinción
La mayor parte de la superficie terrestre del Parque Nacional está cubierta por formaciones arbustivas donde predomina el matorral de tojo (Ulex europaeus subsp. latebracteatus), acompañado de jaguarzo negro (Cistus salvifolius), retama loca (Osyryis alba), esparraguera (Asparagus sp.), endrino (Prunus spinosa), brezos (Erica spp.) y helechales de Pteridium aquilinum.
Una de las plantas más emblemáticas de estas islas es Cytisus insularis S. Ortiz & Pulgar in Bot. J. Linn. Soc. 136(2): 00 (2001), una retama o "xesta" recientemente descubierta pues se venía confundiendo con Cytisus striatus (Hill) Rothm., una "xesta" mas común en Galicia. Es una planta leñosa que puede alcanzar los 2 metros de altura que por el momento se conoce únicamente en los archipiélagos de Ons y de Sálvora, fundamentalmente en zona de acantilados acompañando al tojo. Esta área de distribución tan restringida explica es una de las plantas de mayor interés entre la flora rara y amenazada de Galicia, y que sea considerada una especie distintiva del Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia, además de estar catalogada por la UICN como En Peligro de extinción.
Sólo en las zonas de abrigo en la cara este de las islas es posible el desarrollo de vegetación arbolada. En Cíes, Ons y Sálvora el desarrollo de vegetación arbolada se ve frenada por las condiciones ambientales, y se da sólo en las zonas al abrigo en la cara este. En la actualidad, se reduce a pequeñas masas de roble melojo (Quercus pyrenaica), sauce (Salix atrocinerea), saúco (Sambucus nigra) o laurel (Laurus nobilis).
La situación de Cortegada es bien distinta: arbolada casi en su totalidad, según varios autores la vegetación boscosa autóctona procede de los setos que rodeaban los campos de cultivo y que colonizaron espontáneamente al ser abandonados a principios del S.XX. Crecen robles carballos (Quercus robur), laurel (Laurus nobilis), espino albar (Crataegus monogyna), sauces (Salix atrocinerea), algunos robles melojos (Quercus pyrenaica), alisos (Alnus glutinosa), castaños (Castanea sativa),... Las zonas de laureles son formaciones de gran importancia debido a su escasez; de hecho actualmente la laureda de Cortegada es la de mayor extensión de la Península Ibérica.
 El hombre ha alterado profundamente la vegetación original mediante la agricultura, ganadería, quemas o la plantación de especies exóticas como el eucalipto (Eucaliptus globulus), la acacia (Acacia melanoxylon), o los pinos rodeno e insigne (Pinus pinaster y Pinus radiata). La introducción de especies exóticas puede ser causa de pérdida de biodiversidad, ya que en ocasiones son plantas invasoras que provocan la extinción de las especies autóctonas. Éste es el caso de Arctotheca calendula, Acacia melanoxylon, Carpobrotus spp., Eucaliptus globulus, etc. La vegetación original propia de las Islas Atlánticas se encuentra mejor conservada en las laderas de los acantilados, en las playas y en las dunas.



B)     FAUNA


Aunque gran parte de la fauna total del Parque habita en los fondos marinos, también la fauna terrestre constituye un importante patrimonio natural, debido al aislamiento del continente, las condiciones microclimáticas de cada archipiélago y la riqueza en recursos marinos de sus aguas.

Los invertebrados están pendientes de futuros trabajos de investigación y catalogación, y los escasos estudios se refieren casi exclusivamente al archipiélago de Cíes. Aún a pesar de esta escasez de datos se conocen algunos endemismos de la zona encontrados también en las Islas, en los grupos de los coleópteros (escarabajos), ortópteros (saltamontes, grillos, etc.), blatópteros (cucarachas) y dermápteros (tijeretas). En cuanto a las mariposas o lepidópteros destacan la mariposa arlequín (Zerynthia rumina) y la mariposa macaón (Papilio machaon).
En cuanto a la fauna vertebrada terrestre del Parque:
· Anfibios: la escasez de cursos de agua permanentes hace que la presencia de anfibios esté limitada a 3 especies.
· Reptiles: el clima seco y suave de las islas favorece a estos animales, de los que se pueden encontrar 9 especies en el Parque.
· Aves: la mayor parte de los vertebrados del Parque pertenecen a este grupo. Hay al menos 60 especies nidificantes, y 14 aves marinas no nidificantes pero observadas con frecuencia.
· Mamíferos: en estas islas encontramos una menor diversidad de mamíferos con respecto a las costas continentales próximas. Se pueden encontrar 14 especies, sin incluir otras puramente domésticas como ovejas o asnos.
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MEDIO MARINO

Como su nombre indica, el mar tiene un papel fundamental en este espacio natural, en el que constituye aproximadamente el 85% de la superficie protegida. Los fondos marinos son una de las principales razones que motivaron la declaración de estas islas como Parque Nacional, y el mar y su cercanía influencian en gran medida incluso los ecosistemas terrestres. La zona marina de las Islas Atlánticas presenta un elevado valor ecológico y un gran atractivo tanto por los paisajes como por su riqueza en fauna y flora. La biodiversidad que caracteriza este medio es consecuencia de sus particulares condiciones oceanográficas y de los múltiples hábitats que en él se encuentran, que crean unas condiciones idóneas para el desarrollo de una gran variedad de comunidades.
Hasta las costas de Galicia llega la corriente del Golfo, aguas superficiales cálidas procedentes del Caribe que suavizan enormemente el clima de la región, de forma que la temperatura media de las aguas superficiales en Galicia es de 14ºC, frente a los 5ºC de la costa norteamericana en la misma latitud.
Las mareas son movimientos oscilatorios de las aguas oceánicas que producen alternativamente un aumento del nivel del mar, llamado marea alta o pleamar, y un descenso de éste, llamado marea baja o bajamar. Este fenómeno está causado por la atracción gravitatoria que el Sol y sobre todo la Luna ejercen sobre la Tierra y sus masas de agua. En nuestra costa se alterna una pleamar y una bajamar cada 6 horas y 12 minutos aproximadamente, de forma que tenemos dos pleamares y dos bajamares cada día. La amplitud de la marea (la diferencia entre el nivel medio y el máximo o el mínimo) alcanza aquí los 4 metros. Estas variaciones periódicas tienen una gran trascendencia sobre los organismos que viven en la zona litoral, que deben adaptarse al cambio drástico de sus condiciones de vida cada seis horas.
La riqueza de las aguas de las islas tiene su base en un fenómeno de afloramiento local. Durante el verano, los vientos predominantes hacen que el agua superficial se vea empujada hacia el exterior de las rías, y el espacio que deja es ocupado por aguas frías profundas que ascienden hacia la costa. El agua que aflora es rica en nutrientes, que quedan a disposición de los organismos que habitan en la zona iluminada, entre ellos las microalgas que constituyen la base de la cadena alimenticia. Así, se produce un importante incremento en las poblaciones de estos vegetales y de una rica fauna marina a la que sirven de alimento.
En las comunidades rocosas existe una gran variedad de hábitats que, junto a la gran cantidad de oxígeno y materia orgánica disponible debido a la turbulencia del agua, explica la gran diversidad específica de estos ambientes.

En el intermareal (la zona situada entre los niveles de las mareas más altas y más bajas del año), se encuentran grandes áreas dominadas por el mejillón (Mytilus galloprovincialis) y, en las zonas más expuestas al embate del mar, de percebe (Pollicipes cornucopia), sobre una base de bellotas de mar de los géneros Balanus y Chthamalus.
Un buen ejemplo de las adaptaciones de los animales que viven en esta franja para evitar la desecación cuando baja la marea lo constituyen las lapas (Patella spp.): se adhieren con tal fuerza a la roca que el cierre es hermético y queda agua en la parte interna; al subir la marea empiezan a moverse lentamente en busca de alimento, pero cuando vuelve a bajar se adhieren de nuevo en el mismo punto.
En el submareal, permanentemente sumergido, destacan los bosques de grandes algas pardas, por ser una de las comunidades del litoral español que mayor riqueza específica alberga. Están formados por Saccorhiza polyschides, Laminaria ochroleuca y Laminaria hyperborea, especies de algas de gran talla de hasta 2.5 m. Como si fueran grandes árboles, permiten que multitud de animales y vegetales vivan entre ellas y sobre ellas, formando un verdadero bosque submarino. Aquí podemos encontrar nécoras (Necora puber), pulpos (Octopus vulgaris), congrios (Conger conger) y otras muchas especies que encuentran alimento y refugio en estas comunidades.

En las zonas en las que predomina la sedimentación sobre la erosión encontramos fondos con substratos móviles, que pueden ser, según el tamaño y la composición de las partículas que los forman: fangosos, de arena, de cascajo, de grava… En las aguas del Parque Nacional los principales fondos móviles que se encuentran son los de arena, maërl y cascajo, aunque en los fondos alrededor de Cortegada y en el Lago de Cíes se encuentran también zonas fangosas. Todos ellos están caracterizados por el hecho de que el oleaje y las corrientes remueven la capa superficial de sedimento de forma constante.
En los fondos de arena las algas son predominantemente microalgas, aunque en rocas aisladas entre la arena aprovechan para anclarse otras especies. En cuanto a la fauna, dominan las poblaciones arenícolas de moluscos bivalvos como la vieira (Pecten maximus) o la volandeira (Aequipecten opercularis). También son característicos los peces planos que se mimetizan con el fondo o se entierran levemente como la solla (Platichthys flesus) o las rayas (Raja spp.). Además de todos estos organismos, en los arenales vive una diminuta y rica fauna intersticial que habita en los pequeñísimos huecos que existen entre los granos de arena.
Los fondos de maërl están compuestos por las algas calcáreas Lithotamnion corallioides y Lithotamnion calcareum, en forma de arbúsculos más o menos libres, ramificados y fuertemente calcificados de varios centímetros de envergadura. La acumulación en niveles sedimentarios de esta estructura donde únicamente están vivas las algas de la capa superficial, ofrece una intrincada red de refugios que permite que estos fondos alberguen una gran diversidad animal. Entre los animales que viven aquí están la almeja rubia (Venerupis romboides) o el reloj (Dosinia exoleta). Entre los peces destaca el lanzón (Ammodytes tobianus). Además de estas especies, en el maërl se refugian las fases juveniles de muchas otras especies como la sepia (Sepia officinalis) o la centolla (Maja squinado).
Los fondos de cascajo están formados por grandes restos de conchas de moluscos, sobre todo bivalvos y gasterópodos, que forman una capa de varios centímetros de espesor en la que viven enterrados la mayoría de los animales que aquí habitan. Los vegetales se limitan a algas microscópicas o pequeñas algas incrustantes sobre los fragmentos de conchas o sobre los caparazones de los animales todavía vivos. Aquí se esconde una variada fauna: vieira (Pecten maximus), zamburiña (Chlamys varia), navaja (Ensis spp.),…

CLIMA Y GEOLOGIA

Aunque las Rías Baixas gallegas están encuadradas en una región de clima oceánico con altas precipitaciones y estacionalidad moderada, el clima de tres de los archipiélagos del Parque (Sálvora, Ons y Cíes) se podría clasificar como mediterráneo subhúmedo de tendencia atlántica. En ellos se aprecia una menor descarga de lluvias que en la costa próxima, debido a que las bajas altitudes de las islas apenas suponen un obstáculo para las nubes. Se recoge una media de aproximadamente 1.000 mm de precipitación anual en Cíes y 1.500 mm en Ons y Sálvora, En verano, las precipitaciones suelen ser escasas. Cortegada, por su situación en el interior de la ría y cercana a la costa, pierde la condición mediterránea y presenta un clima atlántico con casi 2000 mm de precipitación anual. La temperatura media anual oscila entre los 13 y 15 ºC, con poca variabilidad estacional, y los vientos dominantes son del Norte en los meses de verano y del Suroeste durante el invierno.
En cuanto a la geología, la litología dominante se alterna entre el dominio esquistoso (micaesquistos y cuarzoesquistos), el granítico y el gnéisico. Tras la orogenia Alpina del Terciario, que provoca el hundimiento de los bloques de la cordillera costera de la que formaban parte las islas, y con la inundación por el mar de las partes bajas de la costa tras la última glaciación, se forman las rías y las islas. Las costas son muy irregulares y abruptas, con numerosos acantilados y depósitos arenosos. La casi totalidad de las unidades edáficas están alteradas por la ocupación histórica de las islas, a excepción de los acantilados, por su carácter inaccesible; aun así, es factible su recuperación.

PATRIMONIO MEDIOAMBIENTAL

Los archipiélagos de Cortegada, Sálvora, Ons y Cíes que forman el Parque Nacional Marítimo Terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia, y el contrastado paisaje verde azulado que los caracteriza, están, por el hecho mismo de ser islas, fuertemente influenciados y ligados al mar. En este contexto, es fácil entender que el valor ecológico del medio marino sea incalculable, y que entre sus aguas se conserven algunos de los ejemplos más representativos de ecosistemas marinos atlánticos, los cuales atesoran una gran riqueza biológica.
El medio marino del Parque es un mosaico de hábitats distintos que sustentan una extraordinaria diversidad de especies de flora y fauna. Son importantes comunidades como los bosques de algas pardas (Saccorhiza polyschides y Laminaria spp.), o las asociadas a fondos como los de Mäerl, y también encontramos hábitats definidos como de interés comunitario o prioritarios dentro de la Directiva Habitats de la Unión Europea, como los arrecifes, lagunas, o bancos de arena cubiertos permanentemente por agua marina poco profundos.
El estado de conservación de estos ecosistemas marinos es en general bueno, aunque son susceptibles de verse dañados por algunas actividades humanas, como en el caso de la contaminación por hidrocarburos procedentes del tráfico marítimo o por otros contaminantes provenientes de la ría. También existe riesgo de sobreexplotación de recursos pesqueros y de uso de artes y técnicas de pesca dañinas para el medio marino. El trabajo del Parque Nacional para evitar que esto suceda consiste en vigilar el cumplimiento de la normativa existente y en regular las actividades que se llevan a cabo dentro de su territorio para que se desarrollen de forma sostenible, de forma que los ecosistemas naturales no se vean afectados.
En cuanto al medio terrestre, fuertemente influenciado también por la proximidad del océano, destacan los sistemas dunares, los acantilados y los matorrales de tojo y brezo. También en la parte emergida de las islas encontramos hábitats considerados como de interés comunitario o prioritarios por las directivas europeas, como las dunas grises, los matorrales litorales aerohalinos o los brezales húmedos atlánticos meridionales.
El principal problema para la conservación en este medio ha sido la presión humana. En las islas, sobre todo en Cíes, las plantaciones de eucaliptos, pinos y acacias han desplazado en varias zonas a la vegetación autóctona. La erradicación de estas especies alóctonas es un proceso a muy largo plazo en el que ya se está trabajando, cuyos resultados se apreciarán de forma gradual.
El pisoteo representa también un problema que afecta sobre todo a la vegetación de playas y dunas, en las que la presión turística se deja sentir especialmente, por lo que se está actuando para que estas zonas de alto valor ecológico no resulten irreversiblemente dañadas. Los vallados que rodean parte de los sistemas dunares que encontramos en las Islas Atlánticas responden a esta necesidad de protección de estos frágiles y valiosos ecosistemas.
En la actualidad se están llevando a cabo actuaciones para desarrollar una adecuada gestión del uso público, los residuos en las islas, la navegación y fondeo de embarcaciones, la pesca y el marisqueo, etc. Todo ello debe ir unido a una mejora del conocimiento científico sobre el medio que sirva de base para una mejor gestión, por lo que se están realizando estudios para disponer del mayor número de datos posible sobre el medio natural y los aspectos culturales del Parque. El Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional, que constituye el principal instrumento de gestión, está en proceso de elaboración, y en un futuro también se elaborarán probablemente varios planes sectoriales que regulen aspectos más concretos de la gestión, como un plan de ordenación de los recursos marinos o un plan de uso público.
En noviembre de 2002 el petrolero Prestige, que transportaba una carga de fuel-oil de 77.000 toneladas, se partió en dos y se hundió en el mar, a 130 millas del cabo Finisterre. Parte del fuel fue llegando sucesivamente a las costas gallegas, y las manchas alcanzaron el Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia el día 3 de diciembre. De los cuatro archipiélagos que forman parte del Parque, el de Cortegada fue el único que no se vio afectado, al estar situado al fondo de la Ría de Arousa. De este modo, el Parque Nacional recién declarado tuvo que modificar todas sus prioridades de gestión para dedicar, durante el primer año, la mayor parte de sus medios y esfuerzos a las tareas de limpieza. Después de muchas jornadas de trabajo en las que se llevaron a cabo tareas de limpieza manual, de hidrolimpieza y de retirada de hidrocarburos de los fondos marinos, en la actualidad únicamente queda fuel solidificado en zonas rocosas que suman una superficie de 1 hectárea en los archipiélagos de Ons, Sálvora y Cíes

PATRIMONIO CULTURAL

Un elemento que merece la pena destacar es la cultura que se desarrolló en las islas, y la mejor muestra de ello es la que aún existe en la población de Ons. El aislamiento al que se veían sometidos los isleños sobre todo en invierno, cuando muchos días no era posible la comunicación por mar, y la carencia de servicios médicos o en algunos casos religiosos, generó una cultura popular única.
Uno de los aspectos destacados de la misma es el conocimiento sobre plantas medicinales que se desarrolló en las islas. Se utilizaban multitud de plantas mezcladas con otros elementos naturales y también en ocasiones con ritos para asegurar el funcionamiento del remedio. Así se trataban afecciones respiratorias, digestivas, reumas,…
También es una cultura rica en supersticiones y mitos, como la Santa Compaña, vista en muchas ocasiones en Ons, o creencias como varear la embarcación con retamas para sacarle el mal de ojo cuando se pesca poco.
Otro elemento cultural importante, especialmente en Ons y antiguamente en Sálvora, es la dorna, una embarcación tradicional cuyo origen se relaciona con las primitivas naves normandas que invadieron nuestras costas en los siglos X-XI. La adaptación a nuestro entorno dio lugar a una embarcación muy estable, usada especialmente en la parte exterior de las rías, que tradicionalmente se manejaba a remo o con vela latina.

ISLA DE SALVORA

  1. DESCRIPCIÓN

El archipiélago de Sálvora se encuentra a la entrada de la ría de Arousa. Su isla más grande es la de Sálvora, con aproximadamente 2,5 kilómetros de largo y 1 de ancho. Su altitud máxima es de 73 metros. La costa oeste es rocosa, mientras que la oeste presenta las playas do Almacén, dos Bois, dos Lagos y Zafra. Completan el archipiélago numerosos islotes y las islas de Vionta y Sagres.

  1. COMO LLEGAR
Actualmente se puede visitar la isla de Sálvora realizando la "Ruta del Agua".
A bordo de un impresionante velero antiguo se recorren las islas de Ons, Arousa y Sálvora; se trata de una ruta guiada que incluye la proyección de un vídeo y recorrido por las tres islas.
En el barco se degusta empanada, vino, refrescos...

Las reservas deben hacerse con tres días de antelación en el teléfono 600 472 632 (O Grove).
Los grupos serán de un mínimo de 12 personas y un máximo de 25.

Salidas de O Grove:
• ruta de 4 horas
• horarios: de 10h a 14h y de 16h a 20h
Salidas de Arousa y Pobra do Caramiñal:
• ruta de 6 horas
• horarios: de 10:30h a 16:30

  1. HISTORIA
La historia conocida de Sálvora comienza a finales de la Alta Edad Media, en la que fue donada por Alfonso II al Cabildo compostelano. En la Baja Edad Media la isla se utilizó como campamento base de ataques invasores de vikingos, sarracenos,… lo que hizo imposible una población estable hasta que estas luchas cesaron y la calma se impuso en la ría. La Iglesia entregó la isla como coto a Marcos Fandiño Mariño a mediados del siglo XVI. La administración de esta familia se basó en un régimen feudal en el que los pobladores entregaban parte de las cosechas y del ganado.
Entre 1770-1779 se instaló una fábrica de secado y salazón de pescado conocida como “O Almacén”, y en 1789, una pesquería de atún. Estas empresas hicieron que las gentes de la costa poblaran la isla. La pesca no estaba sujeta a reparto con el amo y era por tanto su fuente de ingresos.
En 1820 la heredera de los Mariño se casó con Ruperto Antonio de Otero y así la saga de los Otero se convirtió en la nueva propietaria de Sálvora. El Estado expropió la isla en 1904 por motivos de defensa nacional, y mantuvieron en ella una pequeña dotación militar hasta 1958. Los pobladores pasaron a ser colonos del Estado sin contraprestaciones, lo que les permitió mejorar su vida.
En 1921 las aguas cercanas vivieron el trágico naufragio del vapor Santa Isabel. Los que esa noche estaban en la isla, mujeres en su mayoría, se lanzaron en dornas al auxilio de los naúfragos. A pesar de ello hubo más de 200 víctimas mortales. Cerca del faro, que se inauguró en diciembre de ese mismo año, una placa nos recuerda el suceso.
Cuando el ejército se retiró, los antiguos propietarios recuperaron la isla pero los habitantes iniciaron el éxodo a la costa con motivo de las mejores condiciones de vida existentes allí. Los últimos en abandonar la isla lo hicieron a finales de los años 70. Mientras, los propietarios se instalaron en la antigua factoría “O Almacén”, que rehabilitaron como pazo, y frente al que se construyó una escultura en forma de sirena que recuerda la leyenda sobre el origen de la familia de los Mariño.
  1. RUTAS
Se puede visitar la isla realizando la "Ruta del Agua". A bordo de un velero antiguo se recorren las islas de Ons, Arosa y Sálvora; se trata de una ruta guiada que incluye la proyección de un vídeo y recorrido por las tres islas.
Las salidas parten desde El Grove o desde Cambados y Puebla del Carañmiñal

  1. FOTOS

  1. VIDEOS

  1. INFORMACIÓN TURÍSTICA
RIBEIRA
· Oficina de Turismo: Avda de Malecón 3, Parque San Roque
Tfno: 981 873007 y 686 587 000; (verano de martes a sábado y el resto del año de lunes a viernes)
· Oficina Municipal Xarás s/n; Tfno: 981 870980. (sólo Julio y Agosto)


ISLA DE ONS

  1. DESCRIPCIÓN

El archipiélago de Ons se sitúa a la entrada de la ría de Pontevedra. Su isla de mayor tamaño, de mismo nombre que el archipiélago, tiene 5,5 km. de largo y una anchura media de 800 metros. Presenta menos acantilados que Cíes y está acompañada por pequeños islotes. Su punto culminante alcanza tan sólo los 119 metros y en él se levanta un faro. En su cara este, más a resguardo de vientos y temporales, se asientan algunas viviendas, acompañadas de sus característicos hórreos, así como los cultivos de maíz y patata, a ellas ligados. En Ons están las playas de las Dornas, Melide, Area dos Cans y Canexol. Su cercana compañera, la isla de Onza, es mucho más pequeña y está deshabitada.



  1. COMO LLEGAR
Cruceros Illas de Ons
Teléfono: 627 90 00 17.
Embarques: Bueu.
C/ Cabalo 76
Deluso-Bueu. Pontevedra
Época: Semana Santa, fines de semana de mayo y período estival.
Página web: www.islasdeons.com



Naviera Illa de Ons
Teléfono: 986 32 00 48.
Embarques: Bueu.
C/ Eduardo Vicenti, 11
Época: Semana Santa, fines de semana de mayo, período estival. Resto del año con grupos los fines de semana
Página Web: www.isladeons.net
Estación Marítima de Vigo
Teléfono: 986 225 272

  1. ALOJAMIENTO
Zona de acampada controlada de Ons
Ubicada en el lugar conocido como Chan da Pólvora, la zona de acampada está abierta en Semana Santa y del 1 de junio al 30 de septiembre, no pudiendo pernoctar en ella fuera de este periodo. Es un servicio gratuito. Cuenta con unos servicios mínimos de cinco baños y seis duchas de agua fría, así como fuentes de agua no potable.
Gestionada por el propio parque, desde el año 2006 se fija un aforo de 200 usuarios diarios, y cada uno de ellos puede pernoctar un máximo de 7 días consecutivos en Semana Santa, Junio y Septiembre, y de 5 en los meses de Julio y Agosto. Para poder pernoctar en ella es obligatorio e imprescindible sacar el permiso de acampada, solicitándolo vía Internet en la URL http://www.iatlanticas.es/ (pestaña "Acampada"). Si cumple los requisitos, se le abrirá automáticamente una pantalla con un permiso por triplicado, uno para usted, otro para entregar a la naviera y un tercero para entregar en la oficina de información de la Isla de Ons junto con su DNI.

  1. HISTORIA
Los primeros indicios de pobladores en Ons corresponden a asentamientos  de cultura castreña de la Edad de Bronce. El más conocido, todavía sin excavar, se encuentra por encima del barrio de Canexol y es conocido como Castelo dos Mouros. La falta de prospección de este castro nos deja también sin registro de la ocupación romana en las islas, pues solían instalarse en los poblados célticos preexistentes.
La isla de Ons aparece por primera vez en un documento en el año 899, cuando el rey Alfonso III dona la “Isla Aones” al Cabildo Compostelano. A pesar de los ataques vikingos, se conoció en la isla un monasterio durante el siglo XV del que ya no queda evidencia. Su situación se asocia a un sepulcro antropomorfo que se conserva en un islote en la playa de Area dos Cans.
Desde finales del siglo XVI comenzó el asedio de corsarios ingleses y piratas que terminó con la huida a la costa de los pobladores ya entrado el siglo XVIII. En 1810 la Junta Provincial de Armamento y Defensa decidió fortificar la isla, actuación de la que se localizan los restos de dos fortalezas, una en el barrio de Pereiró de la que sólo quedan algunas piedras, y otra cerca del muelle conocida como Castelo da Roda. El aumento de la seguridad permitió la repoblación, y se instauró una división parcelaria de terrenos que el Estado cedía a los isleños para su cultivo a cambio de un canon. La recaudación se destinaba en principio a sufragar las fortificaciones y después pasó a entregarse a los señores de la isla.
En los años 1835-1840 se instaló la primera fábrica de salazón cerca del muelle y cambió la vida de los isleños, que hicieron de la pesca su actividad económica principal y aumentaron su población; cuando finalmente la empresa cerró, trasladaron a la costa la venta de las capturas.
En 1929, Manuel Riobó compró la isla e instaló una sociedad mercantil dedicada al secado y comercialización de pulpo y congrio, que motivó que los isleños se especializasen en estas especies. El heredero de esta sociedad, Didio Riobó, se suicidó al empezar la Guerra Civil y la isla quedó sin gestión directa. En 1940 el Estado expropió la isla para defensa nacional, y cuando la II Guerra Mundial terminó, la Isla de Ons pasó por distintas administraciones del Estado: Instituto Nacional de Colonización, IRYDA, ICONA,…
Durante los años 40-50 la isla vivió su mejor época, con casi 500 habitantes a finales de los años 50. El despoblamiento progresivo de la isla en apenas 20 años, debido a la falta de una mejora de las condiciones de vida de los isleños, fue parejo, al igual que en Cíes, al auge turístico, especialmente importante a partir de los años 70. Actualmente Ons es la única de las Islas Atlánticas que todavía conserva una población estable, aunque de menos de 20 personas.

  1. RUTAS
  2.  
Isla de Ons. Itinerario 1: Ruta Sur
Distancia: 6,5 Km.
Duración: 2h 30 min.
Tipo de ruta: circular.
Dificultad: media.
Desnivel: 80 m.
Puntos de Interés: Playas, Mirador de Fedorentos, Buraco do Inferno, Ensenada de Caniveliñas.
Desde el pueblo (Curro) tomamos la pista de roderas hacia el sur. El camino discurre con suavidad paralelo a las playas de la costa sureste de la isla: Area dos Cans, Canexol, Pereiró. En unos 20 min. llegaremos al Campamento de Voluntarios. Allí giramos a la izquierda y el camino nos conducirá al mirador de Fedorentos (45 min.), desde donde podremos disfrutar de unas fantásticas vistas de la costa sur gallega con la pequeña isla de Onza a nuestros pies y al fondo las siempre espectaculares islas Cíes. Proseguimos la ruta hacia el oeste hasta llegar al Buraco do Inferno (1h 30 min.), donde los continuos embates del océano han construido esta curiosa formación geológica, que se comunica con el mar, entre los verticales acantilados que componen esta zona de la isla. Desde aquí seguimos bordeando la costa occidental hasta alcanzar la ensenada de Caniveliñas. Al llegar a la fuente con el mismo nombre veremos al fondo el Curro, y cogeremos el desvío a la derecha que nos llevará de vuelta al mismo.
Si nos sobran las fuerzas y llevamos provisiones suficientes, podemos continuar por el mismo camino, en vez de coger el desvío al pueblo, hasta conectar con la Ruta Norte de forma que completaremos todo el perímetro de la isla de Ons (6 – 7 h / 13,5 Km).
También existe una variante más corta y suave de esta Ruta Sur. Para realizarla, al llegar al Campamento de Voluntarios giraremos a la derecha desembocando directamente en la Ensenada de Caniveliñas, en la vertiente occidental de la isla. (1h. / 3,5 Km).


Isla de Ons. Itinerario 2: Ruta del Faro
Distancia: 4 km.
Duración: 1h 15 minutos.
Tipo de ruta: circular.
Dificultad: baja.
Desnivel: 119 m.
Puntos de interés: Faro (punto más alto del archipiélago), ensenada de Caniveliñas.
Partiendo de la Caseta de Información, subiremos la cuesta de fuerte pendiente hacia Curro, el principal núcleo de población de la isla; las primeras casas que encontramos a nuestra derecha, que hoy son las dependencias de parte del personal del Parque, cuentan parte de la historia de la isla: allí se ubicó la primera fábrica de salazón a mediados del siglo XIX, que cambió la vida de los isleños, y más tarde, después del cierre de la fábrica, se instaló allí la familia Riobó, propietaria de la isla. En el cruce principal después de atravesar el pueblo, tomaremos la pista asfaltada que asciende suavemente y desde la que podemos disfrutar de espléndidas vistas de las Rías cercanas, hasta llegar, en la parte más alta, a unas cuantas casas diseminadas que nos avisan de que hemos llegado al barrio del Cucorno, desde donde podemos ya ver la torre del Faro de Ons.

Actualmente no es posible, salvo autorización expresa, acceder al recinto del mismo, así que nos desviaremos, 100 m antes del mismo, por una pista que a nuestra izquierda se dirige hacia la parte oeste de la isla. En unos minutos estaremos junto al desvío que accede al helipuerto al que merece la pena acercarse, ya que es allí desde donde mejor se contempla el magnífico edificio del Faro. Este faro, construido en 1926, es uno de los pocos, junto con el de Sálvora, que quedan en España aún atendidos por fareros.
Volveremos sobre nuestros pasos para retomar la pista anterior, que desemboca en la que bordea toda la costa oeste. Nos dirigiremos hacia el Sur (a nuestra izquierda), siguiendo el camino que desciende entre los matorrales hacia la ensenada de Caniveliñas, cuyos recortados acantilados van llenando nuestro campo de visión. Seguiremos la pista hasta el cruce en la parte más baja y llana de la ensenada, donde unos metros más abajo a la derecha se encuentra la fuente del mismo nombre, y a la izquierda la pista que nos devolverá al punto de partida. En el siguiente desvío que encontramos, entre los muros que delimitaban antiguas pistas, debemos dirigirnos hacia la izquierda hasta la pista asfaltada del comienzo por la que regresaremos al pueblo.

Isla de Ons. Itinerario 3: Ruta Norte
Distancia: 8,1 Km.
Duración: 3h.
Tipo de ruta: circular.
Dificultad: media.
Desnivel: 100m.
Puntos de interés: Playa de Melide, Punta Centolo, Punta Liñeiros, Faro de Ons, Ensenada de Caniveliñas.
 Partimos de la Caseta de Información y desde allí comenzaremos a subir por una fuerte y corta pendiente inicial y atravesaremos el pequeño pueblo de Curro. Desde el cruce principal, a unos metros del mismo, tomaremos la pista que sale a la derecha hacia el norte. Después de pasar por la Fonte do Castelo, llegaremos a un cruce en el que tomaremos otra vez la pista que sale a la derecha hacia la playa de Melide, y que transcurre bordeando la costa este de Ons, al principio entre matorral y después bajo los eucaliptos. El camino llega a la playa de Melide, probablemente el arenal más hermoso de Ons y en el que tradicionalmente se practica el nudismo. Un poco más adelante en el camino encontraremos un nuevo cruce desde el que, tomando la pista de la derecha, accederemos, en unos 15 minutos, al mirador de Punta Centolo, que nos permitirá disfrutar de una de las vistas más bellas y completas del litoral. Esta es además una de las zonas de cría de cormorán moñudo y gaviota patiamarilla, las dos especies de aves marinas más abundantes en el Parque Nacional; por esta razón, el acceso al mirador se encuentra restringido desde el 15 de febrero hasta el 31 de julio, época de nidificación de dichas aves.
 Si nos hemos acercado al mirador, volveremos sobre nuestros pasos hasta el cruce y tomaremos el camino de la derecha que nos llevará hacia el suroeste y que forma parte de la pista que rodea la mayor parte de la costa occidental de la isla. Pasaremos por el desvío señalizado a la derecha hacia la Fonte do Gaiteiro, donde es recomendable parar a refrescarnos, ya que es la única que encontraremos por esta zona. Seguimos por la pista que va hacia el sur, desde donde vale la pena volver la vista atrás para divisar la isla de Sálvora, con Ribeira al fondo, la entrada de la Ría de Arousa y la punta de la península de O Grove, siempre que la visibilidad lo permita. Continuamos por la pista que transcurre entre tojos, brezos y retamas, con el océano Atlántico como continuo fondo escénico, y llegaremos al punto más alto del itinerario: el cruce en el que se juntan la pista que viene del Faro (del cual obtendremos una completa visión si nos acercamos hasta el helipuerto, a tan solo 300 m del punto donde nos encontramos) y el sendero que llega hasta Punta Liñeiros. Si seguimos bajando hacia el sur, una vez hayamos pasado el cruce con el camino que lleva a la zona de acampada, podremos disfrutar de unas espléndidas vistas de los acantilados de la Ensenada de Caniveliñas, el entrante que determina la zona más estrecha de la isla, de unos 350 m de ancho. En el punto donde la pendiente cambia para hacerse más suave, deberemos tomar el desvío que sale a la izquierda y que va a dar a la pista asfaltada que nos llevará de vuelta a nuestro punto de partida, a tan solo 15 minutos del desvío.
 Si disponemos de poco tiempo, podemos realizar una variante más corta de esta ruta. Una vez llegados a la playa de Melide, y antes del cruce con el camino que va a Punta Centulo, tomaremos la pista que sale a la izquierda hacia el Faro, desde donde bajaremos directamente siguiendo la pista asfaltada hasta el Curro, el punto de inicio de la ruta. Esta variante, de poco más de 5 km de recorrido, nos llevará aproximadamente unas 2 h 15’.
Isla de Ons. Itinerario 4: Ruta do Castelo
Distancia: 1Km.
Duración: 30 min.
Tipo de ruta: circular.
Dificultad: media (sendero).
Desnivel: 20m.
Puntos de interés: Mirador do Castelo, Fuente do Castelo.
Desde el área de descanso de la playa das Dornas, tomamos un sendero que bordea suavemente la costa hacia el norte hasta llegar al mirador do Castelo (10 min.), antigua fortificación de carácter defensivo hoy en día en ruinas. Este mirador nos ofrece unas hermosas vistas de toda la costa oriental de la isla de Ons y de la ría de Pontevedra. Tomamos luego hacia la derecha y nos adentramos en un pequeño bosque de sauces que alberga la fuente do Castelo (20 min.), auténtico remanso de paz para los que gustan disfrutar de una buena sombra y el silencio de la naturaleza. De ahí saldremos a la pista de Melide que hacia la izquierda nos conduce de nuevo al pueblo.
  1. FOTOS

  1. VIDEOS

  1. INFORMACIÓN TURÍSTICA
BUEU
· Oficina Municipal de Turismo
Plaza de Concello s/n; Tfno: 986 324457
e-mail: turismo@bueu.org


ISLA DE CORTEGADA

  1. DESCRIPCIÓN
La isla de Cortegada y las Malveiras están localizadas en el interior de la ría de Arousa, muy cerca de la costa. Cortegada tiene una longitud de aproximadamente 1 km. y una anchura de cerca de 0,5 km. Su máxima altura son sólo 19 metros, y es la isla del Parque Nacional que presenta una mayor densidad arbórea.

  1. COMO LLEGAR

El Concello de Vilagarcía ha firmado recientemente un convenio con la Cofradia de Pescadores de Carril, mediante el que se cede a la administración local una embarcación que utilizará el Concello para acercar a los ciudadanos a la isla.

Vilagarcía gestionará la organización de viajes gratuitos a Cortegada en tanto no esté en marcha la fundación Andrés Fernández, una antigua asociación de Carril que ahora se recupera para la promoción de la isla y de todas las actividades relacionadas con el parque nacional.

Información sobre las visitas a Cortegada en el 986099200 de 09:00 a 14:00 o en el correo electrónico turismo@vilagarcia.es


  1. HISTORIA
Hasta el momento no se han encontrado en Cortegada indicios de la cultura castreña, pero sí existen pruebas del paso de la civilización romana, ya que se encontraron varias ánforas en las aguas del entorno de la isla, aunque se desconoce si se llegaron a asentar en ella.
Las siguientes referencias nos sitúan en el siglo IX, durante la Edad Media, en el que consta que el rey Alfonso II donó a la Iglesia esta isla que se encuentra en la ruta marítima-fluvial a Santiago de Compostela. Más tarde, en los siglos XIV y XV, cuando Galicia era un mar de conflictos y estaba asolada por la peste negra, el Santuario de Cortegada fue motivo de grandes peregrinaciones.
Desde 1526 la isla fue aforada por la Iglesia y en ella se construyó un hospital lazareto. Las gentes que se establecieron en la isla situaron el poblado cerca del muelle, incluyendo la ermita y el hospital.
Con motivo del declive económico que sufrió la ría en el siglo XVIII, los ayuntamientos de Vilagarcía y Carril decidieron donar Cortegada al rey Alfonso XIII como lugar para su residencia de verano y así revitalizar la economía de la ría. El trámite legal de donación tardó varios años en hacerse definitivo, y en 1910, cuando se entregó la escritura, ya estaba en construcción el palacio de la Magdalena, en Santander. De esta forma, Cortegada quedó despoblada bajo la vigilancia de unos caseros designados por la Casa Real.
Después de que durante la República la isla pasase a manos del Estado, que puso en ella un grupo de carabineros para su custodia, en 1958 fue recuperada por los Borbones, que la vendieron a la inmobiliaria Cortegada S.A. en el 78 con vistas a su urbanización. Los defensores de su riqueza natural y paisajística consiguieron frenar su actuación, y en el año 2002 se incluyó en el Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia.
Finalmente, en septiembre de 2007 La Xunta de Galicia adquirió la propiedad de la isla por medio de una expropiación, por lo que en la actualidad la titularidad es ya pública



  1. RUTAS
En las horas de bajamar, un breve paseo separa la isla de Cortegada de la localidad de Carril, caminando o en barca hasta llegar a la isla.
Una vez arrivados a la isla contemplamos la frondosa vegetación, dos pequeños recorridos permiten disfrutar de este jardín natural que, según los expertos, posee el mayor bosque de laurel que existe en Europa y un frondoso bosque de pinos.
La ruta nos permite contemplar algunas ruinas de la ocupación de la isla a finales del siglo XIX (casa, cuadras, pozo, iglesia y cruceiro).

  1. FOTOS

  1. VIDEOS


  1. INFORMACIÓN TURÍSTICA
VILAGARCÍA DE AROUSA
· Oficina de Turismo: Avda Juan Carlos I, 37 Bajo, C.P. 36600; Tfno: 986 510144
· Oficina Municipal Concello, Plaza Pescadería; Tfno: 647783469 / 986 565 013
web: www.ivilagarcia.com/turismo e-mail: turismo@vilagarcia.es

 

ISLAS CIES

  1. DESCRIPCIÓN
En el archipiélago de Cíes, localizado a la entrada de la ría de Vigo, se alcanza la máxima altitud del Parque Nacional, en el Alto de las Cíes, de 197 metros, situado al norte de la isla de Monteagudo. En la cara este de estas islas podemos encontrar bellas playas como la de Figueiras y la cala de As Cantareiras, en la isla de Monteagudo, o la Playa de Rodas, en el istmo de arena que une esta isla con la del Faro. Sus tres islas tienen unas medidas de entre 1,5 y 3 kilómetros de largo. Las del Faro y Monteagudo están unidas por un dique, y la de San Martiño es la más meridional de las tres.

  1. COMO LLEGAR
Compañía: Naviera Mar de Ons, S.L.
Estación Marítima de Ría s/n
36201- Vigo
Teléfono: 986 225272.
Embarques: Vigo, Baiona, Cangas de Morrazo.
Época: Semana Santa, fines de semana de mayo, período estival.
Página Web: www.mardeons.com

  1. ALOJAMIENTO
Tiene una capacidad máxima de 800 plazas diarias y cada visitante puede alojarse un máximo de 15 días. La reserva puede realizarse por teléfono, y en la oficina del camping de la estación naútica de Vigo se formaliza la tarjeta de campista, sin la cual la naviera solo puede vender billetes de ida y vuelta en el mismo día. Sólo está abierto en Semana Santa y temporada de verano.
Teléfonos: 986 438358.


  1. HISTORIA
Las Cíes fueron territorio de paso del hombre del Paleolítico y Neolítico, y no se llegó a constituir un asentamiento hasta la Edad del Bronce, de cuando data el poblado de “As Hortas”, situado en la ladera del Monte Faro, y que fue también ocupado durante la época romana. Los hallazgos encontrados nos informan de que sus habitantes ya incluían en su alimentación mariscos y pescados de aguas cercanas, y de que probablemente tenían relaciones comerciales con la gente de la costa.
Los romanos las llamaron Islas de los Dioses, y algunos autores sostienen que Julio César llegó a estar en ellas persiguiendo a los pueblos herminios que escapaban de Portugal.
Aunque las invasiones suevas fueron conocidas en estas aguas, no quedan restos de esa época. En el siglo VI, con la proliferación de órdenes religiosas de la Edad Media, se instalaron en las Cíes dos conventos-eremitorios: San Martiño en la Isla Sur y San Estevo en la Isla del Medio, sobre cuyas ruinas se construyó el actual Centro de Interpretación, donde aún se puede observar uno de los sepulcros antropomorfos que se encontraron allí.
Las comunidades religiosas que a pesar de los ataques normandos se instalaron en estas islas mantenían un régimen feudal con la población, que abandonó el archipiélago a mediados del siglo XVI, debido a la inseguridad que provocaban los ataques piratas de turcos, tunecinos e ingleses. Entre ellos se encontraba Francis Drake, que se ensañó con la Ría de Vigo y asoló las Cíes.
Por todo ello, este archipiélago fue objeto de varios planes de fortificación en el siglo XIX, que dieron como resultado un almacén de artillería en 1810 en el antiguo monasterio de San Estevo, y un Cuartel de Carabineros y una cárcel próximos a la playa de Nosa Señora. Estas instalaciones proporcionaron una mayor confianza que promovió la repoblación y la instalación de nuevas actividades. Sobre 1840 se instalaron dos fábricas de salazón: una donde se ubica el actual Restaurante de Rodas y otra en la Isla Sur. De esta época data también el Faro de Cíes (1852) y una taberna en las proximidades del Lago, que era utilizado como vivero de langostas.
La competencia de las conserveras de la costa próxima motivó el declive de las salazoneras y en 1900 quedaron reducidas a almacenes. Las Cíes mantuvieron una pequeña población, originaria en su mayoría de Cangas, que fue decayendo hasta mediados del siglo XX. A medida que avanzaba el despoblamiento crecía el interés turístico de las clases acomodadas, y a partir de los años 50 empezó el turismo masivo y se hizo necesaria la protección de los valores naturales de este archipiélago, declarado Parque Natural en 1980.


  1. RUTAS
Islas Cíes. Itinerario 1: Ruta del Monte Faro
Distancia: 7 Km.
Duración: 2h 30 min. (ida y vuelta).
Tipo de ruta: no circular.
Dificultad: media.
Desnivel: 175m.
Puntos de interés: Lago, Centro de Información, Playa de Nosa Señora, Pedra da Campá y observatorio de aves, mirador de Monte Faro.
Desde la caseta de información, tomamos el camino de la izquierda, que en poco tiempo nos conduce a la isla del Faro a través del dique que une ambas islas. En el Lago, si la visibilidad del agua lo permite, podremos observar una gran variedad de peces, crustáceos y algas, como pequeña muestra de la gran riqueza ecológica que albergan estas aguas. Una vez en la isla del Faro dejamos atrás el camping y llegamos al Centro de Interpretación de la Naturaleza (20 min.), que podemos visitar si queremos conocer mejor los valores naturales y culturales del Parque. Unos 300 m después de éste, a la altura de la playa de Nosa Señora, nos encontramos el cruce principal de esta isla, giramos a la derecha y comenzamos a ascender en zig–zag entre una espesa arboleda que nos deja entrever, al sur, la hermosa isla de San Martiño.
A media subida, donde los árboles ya no pueden crecer y dan paso a espesos matorrales de tojos y jaras, podemos hacer un pequeño paréntesis en la ascensión y desviarnos a la derecha para poder contemplar la curiosa Pedra da Campá, perforada por la fuerza de los vientos atlánticos cargados de salitre. Continuamos unos 100 m más hasta llegar al observatorio de aves (50 min.), desde donde podremos observar los miles de gaviotas patiamarilllas que anidan en estos impresionantes acantilados y, con un poco de suerte, los grupos de cormoranes moñudos que escogen las zonas más próximas al mar para construir sus nidos. También disfrutaremos de magníficas vistas del Lago y la playa de Rodas.
Retomamos el camino principal que serpentea hacia la cima del monte donde se encuentra el Faro, el mirador más emblemático de las islas. Desde allí, rodeados de gaviotas que juegan con el viento y con 175 m de vertiginosos acantilados a nuestros pies, divisaremos el archipiélago de Cíes en su conjunto, que a modo de rompeolas gigantesco protege la ría de Vigo de los poderosos embates del océano Atlántico.
Retomamos el camino principal que serpentea hacia la cima del monte donde se encuentra el Faro, el mirador más emblemático de las islas. Desde allí, rodeados de gaviotas que juegan con el viento y con 175 m de vertiginosos acantilados a nuestros pies, divisaremos el archipiélago de Cíes en su conjunto, que a modo de rompeolas gigantesco protege la ría de Vigo de los poderosos embates del océano Atlántico.
Podemos conectar con la ruta del Faro da Porta a través de un desvío a la derecha que, según bajamos del Faro, encontraremos unos 200 m antes de llegar al cruce que conduce al observatorio de aves.
Islas Cíes. Itinerario 2: Ruta del Faro da Porta
Distancia: 5 Km.
Duración: 1:30 h (ida y vuelta).
Tipo de ruta: no circular.
Dificultad: baja.
Desnivel: 50 m.
Puntos de Interés: Lago, Centro de Información, Playa de Nosa Señora, Embarcadero de Carracido, Mirador del Faro da Porta.
Una vez en el cruce principal de la isla del Faro (Ruta del Monte Faro), continuamos por la pista de roderas dejando a nuestra izquierda la acogedora playa de Nosa Señora y el islote de Viños, lugar preferido por los cormoranes para secar su plumaje al sol. Poco antes de llegar al embarcadero de Carracido (30 min.) podemos hacer un alto para refrescarnos en la fuente del mismo nombre. A partir de aquí el camino asciende levemente recorriendo la costa sur de la isla del Faro hasta finalizar en el Faro da Porta, que custodia el estrecho del mismo nombre. Desde aquí, disfrutaremos de una magnífica  panorámica sobre la Isla de San Martiño, la más meridional de las Islas Atlánticas.
Islas Cíes. Itinerario 3: Ruta del Alto do Príncipe
Distancia: 3 Km.
Duración 1 h. (ida y vuelta).
Tipo de ruta: no circular.
Dificultad: baja.
Desnivel: 120m.
Puntos de interés: Sistema dunar Figueiras-Muxieiro, Playa de Figueiras, Mirador Silla de la Reina.
Partiendo de la Caseta de Información giramos a la derecha siguiendo la pista de roderas, que en breve nos acerca a la playa de Figueiras (300m). Una valla de madera protege el complejo dunar de Figueiras-Muxieiro, donde encontraremos una magnífica representación de especies propias de estos frágiles ecosistemas, como el tomillo bravo (Helichrysum picardii) o la camariña (Corema album). El camino continúa ascendiendo hasta llegar al cruce principal de la Isla de Monteagudo (20 min.) donde nos desviaremos a la izquierda por una senda, que entre pinos y matorral nos conducirá al Alto do Príncipe. En este punto podremos disfrutar de las espectaculares vistas de los acantilados desde la Silla de la Reina, caprichosa formación rocosa, que a modo de balcón natural, asoma sobre el océano Atlántico y nos permite observar el contraste entre las dos vertientes de las islas, mucho más abruptas en su cara oeste.
Islas Cíes. Itinerario 4: Ruta de Monteagudo
Distancia 5,5 Km.
Duración: 1:45 (ida y vuelta).
Tipo de ruta: no circular.
Dificultad: media.
Desnivel: 75m.
Puntos de interés: Playa de Figueiras, A Valgada, Observatorio de aves, Furna de Monteagudo.
Una vez en el cruce principal de la Isla de Monteagudo (Ruta 3), continuamos recto unos 400 m hasta llegar a la zona de A Valgada (30 min.), pequeño collado despejado de vegetación donde se encuentra el antiguo quemadero y donde si nos fijamos podemos observar los árboles retorcidos por la acción de los vientos dominantes. Seguimos la pista que poco a poco nos aproxima al pie del alto de Monteagudo, cuya característica forma da nombre a esta isla. En este punto el camino se bifurca; por la izquierda nos lleva a través de una pequeña zona arbolada, donde encontraremos las ruinas de un antiguo asentamiento isleño, hasta el observatorio de aves. Cientos de cormoranes moñudos y gaviotas patiamarillas se concentran en estas escarpadas laderas llenándolas de incesante y bulliciosa actividad en época de cría. Aunque desde aquí es visible el Faro do Peito o de Monteagudo, es necesario retroceder un poco y descender por una senda a nuestra izquierda que enlaza con el camino que lleva hasta él. La Costa da Vela y Cabo Home, tan sólo a 2,5 km, convierten a este punto en el lugar del archipiélago más cercano al continente, y al norte se divisa el suave perfil de la isla de Ons, protegiendo la Ría de Pontevedra. Bajando por una pequeña pista de cemento, nos acercamos a una pequeña furna, cueva marina producida por los embates de las olas y la particular estructura de la roca granítica, que hace que se fracture de forma vertical. En este entorno podemos observar plantas como la hierba de enamorar (Armeria pubigera) y el hinojo marino (Chritmum maritimum), que soportan condiciones de alta salinidad y viven entre las rocas.
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  1. INFORMACIÓN TURÍSTICA
VIGO
· Oficina de Turismo de Vigo
Cánovas del Castillo 22; Tfno: 986 430577;
e-mail: oficina.turismo.vigo@xunta.es
· Oficina Municipal de Turismo
Teófilo Llorente 5; Tfno: 986 224757
web: www.turismodevigo.org e-mail: ofiturismo@vigo.org
· Punto de Información Turística (oficina principal ubicada en el Ayuntamiento)
Praza do Rei s/n; Tfno: 986 810302 / 986 810 199
e-mail: oci.turismo@vigo.org